CURIOSIDADES... CONOCE EL ORIGEN DE LAS EXPRESIONES MÁS POPULARES QUE UTILIZAMOS A DIARIO.
La lengua castellana está repleta de frases hechas cuyo origen tienen un significado diferente al que pensamos. Se trata de expresiones populares que poco o nada tienen que ver con las palabras que la forman.
Nuestros tatarabuelos hablaban básicamente el mismo idioma, pero si tuviéramos que comunicarnos con ellos veríamos que su vocabulario era muy distinto y entenderíamos que las expresiones que decimos a menudo tienen un uso inicial y un contexto en el que tenían todo el sentido del mundo.
Conoce de dónde provienen expresiones tan conocidas como...
- Dormir la mona: expresión empleada cuando una persona cae en un sueño profundo provocado por la ingesta excesiva de alcohol. Se refiere a la costumbre, extendida en el siglo XVI, de dar vino a los monos para ver el efecto que les causaba.
- Montar un pollo: cuando alguien desata un escándalo o una discusión utilizamos esta expresión, cuyo origen es la palabra 'poyo', banco de piedra pegado a la pared desde el cual oradores realizaban discursos en abarrotadas plazas que podían terminar en sonoras discusiones.
- Echar un polvo: mantener una relación sexual. Se refiere a la costumbre (siglos XVIII y XIX) de inhalar un preparado de tabaco en polvo usado como excusa para mantener encuentros sexuales de forma furtiva.
- Que te den morcillas: expresión generalmente usada para librarse de alguien o zanjar una discusión. Antiguamente se daban morcillas envenenadas a los perros abandonados para erradicar los brotes de rabia.
- Aquí hay gato encerrado: se dice cuando pensamos que hay una causa o razón oculta. La frase proviene de la costumbre en el Siglo de Oro de guardar dinero en bolsas hechas con piel de gato.
- Dar gato por liebre: significa engañar a alguien dándole un artículo o servicio de mala calidad. El origen de esta frase está en la mala fama de la comida que servían antiguamente, a las que en muchas ocasiones se les acusaba de servir gato en lugar de conejo o cordero que anunciaban.
- Estar a dos velas: carecer de dinero o recursos. El origen de esta frase, hace referencia a partidas de cartas ilegales en las que la caja contaba el dinero a la luz de dos velas. De este modo, si el jugador lograba dejar sin dinero a la banca, esta se quedaba literalmente "a dos velas".
- Ponerse las botas: antiguamente solo los ricos podían calzarse unas botas, mientras que los pobres iban descalzos. De ahí se extendió la frase 'ponerse las botas' cuando alguien se excede en algo.