¿A QUÉ SE DEBE NUESTRO ENFADO CUANDO TENEMOS HAMBRE?



Todos hemos experimentado esa sensación de enfado cuando hemos tenido hambre y no teníamos nada que llevarnos a la boca en ese momento. Por mucho que seamos personas cordiales, cuando nos empieza a rugir el estómago y nos vemos en esta situación nos volvemos ilógicos y no atendemos a razones.

Veamos qué es lo que sucede en nuestro cuerpo y nuestro cerebro para dar lugar a semejante transformación.



Cuando llevamos un rato sin comer, el nivel de azúcar va disminuyendo y es cuando el cerebro, que utiliza la glucosa para funcionar, se queda sin combustible. Por esta razón el mal humor se apodera de nosotros y tenemos dificultades a la hora de concentrarnos, tomar decisiones o incluso realizar actividades sencillas.

Otro factor primordial que influye a estar de mal humor cuando no comemos y tenemos hambre, tiene que ver con el sistema de regulación de glucosa de nuestro organismo. Cuando el nivel de la glucosa disminuye, se activa un mecanismo de liberación de hormonas para que se sintetice y llegue al torrente sanguíneo. Entre las hormonas liberadas se encuentran el cortisol y la adrenalina. Es por eso que cuando estamos bajos de energía, nuestro organismo actúa de manera similar a como lo haría frente a una amenaza, somos incapaces de ejercer el autocontrol, actuamos de manera irreflexiva hasta el punto de discutir con cualquier persona, respondemos de manera incoherente y grosera y decimos cosas de las cuales nos arrepentimos en cuanto llenamos el estómago.

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