La sincronicidad es un concepto introducido por el psicólogo Carl Gustav Jung que describe la ocurrencia simultánea de dos eventos que no están causalmente relacionados pero que tienen un significado importante para la persona que los experimenta. Estos eventos coinciden de tal manera que parecen estar conectados por un significado más profundo, más allá de la mera casualidad.
Un ejemplo clásico es pensar en una persona con la que no has tenido contacto en mucho tiempo y, poco después, recibir una llamada o un mensaje de esa persona. Otro ejemplo podría ser soñar con un símbolo particular y luego encontrárselo.
- Coincidencia Significativa: La sincronicidad implica una coincidencia entre eventos internos (como pensamientos, sueños o sentimientos) y eventos externos en el mundo físico que tienen un significado especial para la persona. La clave es la percepción de una conexión significativa entre estos eventos.
Por ejemplo, soñar con un símbolo y luego verlo: sueñas con un objeto o símbolo específico, como una mariposa. Al día siguiente, ves mariposas por todas partes, ya sea en la calle, en imágenes (fotos, cuadros, pegatinas...) o sale el nombre de mariposa en alguna conversación. En este caso, el evento interno es el sueño y el evento externo es la mariposa.
- La sincronicidad no es casualidad: No se ha de confundir la casualidad con la sincronicidad. La casualidad se refiere a la ocurrencia de eventos al azar que no tienen ninguna conexión más allá de la coincidencia temporal. Mientras que la sincronicidad o coincidencia, es encontrar algo justo en el momento en que lo necesitas y tiende a tener un propósito o un mensaje.
Ejemplo de sincronicidad: estás pasando por un momento difícil y de manera fortuita, ves en un escapare un libro que aborda exactamente tu situación, lo compras y encuentras exactamente las respuestas que necesitabas. Este evento sería la coincidencia, justo cuando necesitas algo, aparece ante tus ojos, como si el universo te estuviera guiando hacia la solución.
Ejemplos de sincronicidad en la vida personal
1. Pensar en alguien y recibir una llamada: Estás pensando en una persona con quien no has hablado en años. Justo en ese momento, recibes una llamada o mensaje de esa persona. La coincidencia es significativa, como si hubiera un propósito o conexión más profunda detrás de ese pensamiento.
2. Canciones con mensajes oportunos: estás lidiando con una decisión difícil y una canción con una letra relevante comienza a sonar en la radio, ofreciendo claridad o una respuesta a tu dilema.
3. Conocer a la persona correcta en el momento Justo: estás buscando empleo en una profesión específica y, en una reunión social aleatoria, conoces a alguien que trabaja exactamente en ese trabajo y te ofrece una oportunidad laboral.
4. Encontrar objetos perdidos: pierdes un objeto importante, como un anillo, y tras buscarlo sin éxito, decides dejar de buscar. Más tarde, cuando estás pensando en algo completamente diferente, encuentras el anillo en un lugar que ya habías revisado varias veces.
5. Números recurrentes: ves un número específico, como 1111 o 222, repetidamente en un reloj o en una matrícula de coche. Este número puede tener un significado personal o espiritual para ti.
6. Mensajes en conversaciones: estás en un cafetería y escuchas a un grupo de desconocidos en la mesa de al lado hablando exactamente del problema o de la misma situación que estás pasando, proporcionando sin querer un consejo útil o una nueva perspectiva a tu preocupación.