No es ningún secreto que la meditación puede ayudarnos a dormir mejor. Hay algunos ejercicios meditativos específicos que pueden ayudarnos a dormir cuando nuestras mentes están en marcha. Recuerda, estos ejercicios no sirven solo para dormir, sino que también para aumentar la conciencia y comprensión de tu mente por la noche.
Paso 1
Una vez que estés acostado cómodamente en la cama, respira profundamente cinco veces, inhalando por la nariz y exhalando por la boca. A medida que inhales, trata de percibir que los pulmones se están llenando de aire y que el pecho se está expandiendo. A medida que exhalas, imagina que los pensamientos y sentimientos del día desaparecen en la distancia y que cualquier sensación de tensión en el cuerpo se desvanece. Esto ayudará a preparar tanto el cuerpo como la mente para el siguiente paso.
Paso 2
Empieza a relajar tu cuerpo y tu mente. Recuerda que de la misma manera que no puedes agilizar la relajación, no puedes agilizar el sueño, así que tómate tu tiempo con esta parte del ejercicio. No te preocupes si hay muchos pensamientos zumbando (esto es absolutamente normal).
Paso 3
Vuelve a prestar atención a la sensación de que el cuerpo toca la cama, el peso del cuerpo se hunde en el colchón. El peso está distribuido uniformemente?
Paso 4
Ahora trata de tener una idea de cómo se siente tu cuerpo en realidad. Al principio, haz esto de una manera general. Por ejemplo, Cómo sientes tu cuerpo pesado o ligero, inquieto o tranquilo? Luego trata de obtener una imagen más precisa escaneándote mentalmente a través del cuerpo, de la cabeza a los pies, observando suavemente cualquier tensión. Invariablemente, la mente se sentirá atraída por las áreas de mayor tensión, pero puedes relajarte sabiendo que estás a punto de dormir y que el ejercicio te ayudará a liberar esas áreas.
Puedes hacer este escaneo varias veces, tomando de 20 a 30 segundos de tu tiempo. Recuerda prestarle mayor atención a las áreas de tu cuerpo que se sienten más relajadas para despistar a tu mente de las tensiones corporales.
Paso 5
Ahora que le estás prestando atención a tu cuerpo, piensa en tu dedo pequeño del pie izquierdo e imagínate que lo estás apagando por la noche. Incluso puedes repetir las palabras "apagar" o "descansar" en tu mente, mientras te concentras en tu dedo. Es como si le estuvieras dando permiso a los músculos, articulaciones, huesos y todo lo demás para que se apaguen durante la noche, sabiendo que no volverán a ser necesarios hasta la mañana siguiente.
Paso 6
Haz lo mismo con el siguiente dedo del pie, así sucesivamente hasta que sientas que te estas relajando. Si tu mente sigue distraída, prueba a repetir este ejercicio con los dedos del pie derecho, pero antes de hacerlo toma un momento para comprobar si notas diferencia entre el pie izquierdo que ha sido ¨apagado¨ y el derecho.
Paso 7
Ahora que tu mente y cuerpo están relajados disfruta de la sensación de estar libre de tensión y de no tener que hacer nada hasta el día siguiente.
Es muy posible que para cuando llegues a este punto del ejercicio estés profundamente dormido. Si es así, disfruta del descanso y duerme bien!